quarta-feira, 25 de fevereiro de 2009

SPINOZA Y LA IRREVERSIBLIDAD DEL CONTRATO

En materia de la libertad política, Spinoza sería sin duda un hijo de Hobbes muy mal agradecido a su padre. Tal como Hobbes él es partidario de un Estado fuerte y cuase omnipresente en todos los asuntos. En su tratado teológico-político, Spinoza intentó colocar el Estado en todos los dominios no solamente de la vida publica como también de la vida privada, alias, el concepto “privado” es muy mal visto por Spinoza. Él no era un adepto acérrimo de la moral de los antiguos y tampoco de la moral cristiana. Para él, el hombre vive ligado a los efectos y no-ligado a la moral. Manifiesta de este modo en este aspecto en concreto, una herencia o una ligación mucho más a Maquiavelo que a Hobbes.
Para su concepto de la libertad política, Spinoza va hacer diferencia entre el hombre dotado de la razón y el hombre que desconoce la razón. Para él, lo que trae orden en el Estado es el conocimiento de la razón, la liberación del estado de apetito, la liberación del estado de naturaleza. Para explicar este pasaje al estado de compromiso cívico, Spinoza utiliza el ejemplo de San Pablo, para quién, antes de la instauración de la ley no se puede hablar del pecado. O sea, mientras los hombres Vivian en estado de la naturaleza, nadie podía hablar de la ley justa o injusta y tampoco del “pecado”[1]. En otras palabras, es la orden del poder soberano, el poder del monarca que termina con el estado de naturaleza. Spinoza compara esta potencia natural del hombre con la potencia de Dios[2], ya que para él, la potencia del hombre en estado de naturaleza no tiene limitaciones: todo es de todo y nadie es de nadie.
Así en este estado de las cosas, el derecho natural de las personas no se define con base en la razón más si a través de sus potencias y sus deseos de tener o de dominar. Spinoza reproduce aquí prácticamente los argumentos de Hobbes, segundo cual, en este estado las personas terminan por morir pronto mismo cuando son bien criadas o educadas, porque el confronto entre ellas no elige los más educados o los menos educados. Lo que cuenta es la capacidad de guardia y de desarrollo del instinto de conservación[3].

Il suit de là que le Droit et l’Institution de la Nature, sous lesquels tous naissent et vivent la plus grande partie de leur existence, ne prohibe rien sinon ce que personne ne désire et ne peut ; ni les conflits, ni les haines, ni la colère, ni l’aversion, quel qu’en soit l’objet, qu’inspire l’Appétit. Rien de surprenant à cela, car la Nature ne se limite pas aux lois de la Raison humaine dont l’unique objet est l’utilité véritable et la conservation des hommes ;

¿Cómo salir entonces de este estado catastrófico para vivir en paz consigo mismo y con los otros? Spiniza no es completamente innovador en su propuesta porque continua a ser de raíz hobesiana. Pero, hay una pequeña puerta abierta para la marginación del primero contrato del Estado hobesiano. Para Spinoza contrariamente a Hobbes, nadie en este contrato debe renunciar lo que piensa o juzga ser bueno para él, sino que, lo debe hacer en función de la esperanza de un bien mayor o con el miedo de un mal mayor. También para Spinoza en este estado, nadie acepta un mal sino que procura evitar un mal mayor[4]. Él presenta por lo tanto el contrato como un instrumento de utilidad para la seguridad de todos, una utilidad racional, cuya el bien superior consiste en la conservación de la sociedad que supervise todos los demás. Esta conservación nace de la transferencia que los individuos hacen de sus potencias naturales para constituir una sociedad, un Estado[5].

Le Droit d’une société de cette sorte est appelé Démocratie et la Démocratie se définit ainsi : l’union des hommes en un tout qui a un droit souverain collectif sur tout ce qui est en son pouvoir. De là cette conséquence que le souverain n’est tenu par aucune loi et que tous lui doivent obéissance pour tout ; car tous ont dû, par un pacte tacite ou exprès, lui transférer toute la puissance qu’ils avaient de se maintenir, c’est-à-dire tout leur droit naturel.

Este es para Spinoza el origen de la libertad política que ciertamente para Hobbes seria apenas una salida del estado de la naturaleza. Con base en este contrato, Spinoza piensa que un comportamiento absurdo es muy poco de temer en un Estado Democrático porque justamente el objetivo de la democracia es de quitar los hombres de lo absurdo y de eliminar sus apetitos descontrolados y sus pasiones. Ya en la Ética IV, él presenta la sociedad como el lugar de regulación de las vidas personales y sus pasiones. Podríamos poner en dialogo el concepto de Spinoza de la democracia y sus pasiones en este pasaje con el concepto de la democracia segundo Montesquieu. Seria una comparación interesante, pero no hay que hacerlo aquí, tendremos ocasión de hablar de Montesquieu más adelante.
El Derecho Civil, que es el fundamento de la libertad política nace a partir de momento que los hombres dejan de dependerse de lo absurdo, a partir de momento que abandonan el estado de la naturaleza[6].

Par Droit Civil privé nous ne pouvons entendre autre chose que la liberté qu’a l’individu de se conserver dans son état, telle qu’elle est déterminée par les édits du pouvoir souverain et maintenue par sa seule autorité. Après en effet que l’individu a transféré à un autre son droit de vivre selon son bon plaisir propre, c’est-à-dire sa liberté et sa puissance de se maintenir, droit qui n’avait d’autres limites que son pouvoir, il est tenu de vivre suivant la règle de c’est autre et de ne se maintenir que par sa protection.

La violación no solamente del pacto como también de la libertad política se da cuando los individuos son obligados por otros a cometer actos en contra del derecho civil, o cuando ellos mismos cometen actos en contra los derechos civiles, los decretos del soberano. La violación del derecho puede tener lugar solamente entre los particulares, entre los ciudadanos, ya que el soberano una vez que el puede hacer todo, no puede por eso mismo estar a violar la ley
La libertad política en Spinoza esbara con un binomio: individuo versus la comunidad. Para él, la verdadera libertad política individual tiene que obedecer la estricta regla no solamente de no poner en causa la vida de los demás, pero sobre todo, de no intentar en contra la seguridad y la autoridad del poder soberano o de Estado. Spinoza es partidario de la libertad de opinión de los ciudadanos en el asunto del Estado. Él piensa que los ciudadanos deben participar con sus opiniones a favor o en contra de la actuación de las autoridades, pero lo que no pueden hacer, o mejor, lo que está completamente prohibido, es culquiere tentativa de poner en causa a los decretos del poder soberano a través de acciones violentas. Spinoza intenta así dar valor a la libertad como racionalidad necesaria dentro de la sociedad más de que la libertad como expresión de manifestación de las pasiones o de caprichos igualitaristas.
Spinoza sabe que los hombres submitidos a las pasiones solamente pueden tener una concordancia negativa[7], por eso, para contrariar esta negatividad, él invoca y introduce el concepto de la razón ya que ésta tiene justamente la capacidad de actuar de forma contraria a las pasiones. Esto es, la razón tiene la capacidad de presentar a los hombres sus intereses y sus objetivos común. Es por ello que en la materia de la libertad política, Spinoza considera esencial no a la divergencia que los ciudadanos puedan tener con su monarca o el poder soberano, o sobre el derecho de monarca, pero si lo que es útil para el Estado[8]. Por eso discordó completamente con aquellos que piensan que el monarca no es independiente en materia de los derechos o que nadie debe cumplir definitavemiente el compromiso del pacto[9]. Aquí la critica es claramente dirigida contra Hobbes, para quién los individuos solamente están obligados a obedecer el pacto o el contrato con el monarca mientras este garantiza la protección de sus vidas.
Él es consciente que según gobierno puede prohibir completamente la liberad de opinión y, alias eso es muy malo para el propio gobierno, por eso dijo, que todo que no puede ser prohibido debe ser autorizado para el propio bien del gobierno[10] porque para él contrariamente a Maquiavelo, el fin del gobierno o de Estado no es la dominación del hombre[11].

Ce n’est pas pour tenir l’homme par la crainte et faire qu’il appartienne à un autre que l’Etat est institué ; au contraire c’est pour libérer l’individu de la crainte, pour qu’il vive autant que possible en sécurité, c’est-à-dire conserve, aussi bien qu’il se pourra, sans dommage pour autrui, son droit naturel d’exister et d’agir.

Así, para Spinoza, el verdadero fin del Estado es la libertad, pero una libertad que está condicionada por las leyes y sobre todo por la no-contestación física de los decretos del monarca o del poder soberano. Cualquier ciudadano puede utilizar la razón para contestar los decretos del poder soberano pero no puede entrar en acción o en confrontación con él. Los limites del ciudadano son la obediencia a los decretos del poder soberano y no a la salvaguarda de su vida, mientras que él limite del poder soberano es la capacidad de su potencia o de su fuerza de acción. Con eso Spinoza defiende una libertad política “civilizada” o controlada por la razón y no por las pasiones, ya que para él la libertad política es un fin en sí mismo porque su objetivo es facilitar o proporcionar la felicidad humana. Spinoza es partidario da la libertad de expresión no solamente porque representa una conquista de una buena política o de un buen Estado pero si, como medio para limitar la contestación publica y cumplir con orden natural del genero humano. La concordia nacional o mejor, la concordia institucional es mucho más importante para Spinoza que cualquier prohibición de libre opinión. Para Spinoza en una democracia, este tipo de libertad es una libertad que está de acuerdo con la propia naturaleza humana[12].

Dans un État démocratique (c’est celui que rejoint le mieux l’état de nature) nous avons montré que tous conviennent d’agir par un commun décret, mais non de juger et de raisonner en commun ; c’est-à-dire, comme les hommes ne peuvent penser exactement de même, ils sont convenus de donner force de décret à l’avis qui rallierait de plus grand nombre de soufrages, se réservant l’autorité d’abroger les décisions prises sitôt qu’une décision meilleure leur paraîtrait pouvoir être prise. Moins il est laissé aux hommes de liberté de juger, plus on s’écarte de l’état le plus naturel, et plus le gouvernement a de violence.

Spinoza procura por lo tanto hacer un matrimonio positivo de dos elementos muy importantes entorno de la naturaleza del hombre: la libertad de opinión y la violencia. Las dos pueden ser elementos fulminantes para desestabilizar el poder civil, el poder del monarca. Él ya mostró por diversas veces que ningún hombre soporta vivir sin opinión porque hace parte de su naturaleza pensar y producirla. Es por ello que él va condenar aquellos que condenan a los demás, o las opiniones de los demás calificándola como secta. Spinoza piensa que ningún hombre debe de ser castigado por tener una opinión contraria a los demás. Solo se puede castigar alguien cuando el ultrapasa el dominio de opinión, esto es, cuando a demás de opinión el hombre recorre a la violencia. O sea, cuando se pone en riesgo directamente la vida de los demás de forma física. Por ello también recusa que cualquier celo por la verdad religiosa pueda poner en causa la vida de las personas en nombre mismo de esta dicha verdad religiosa.
Termina su tratado político-teológico insistiendo que la libertad política es no solamente posible dentro del Estado como también muy deseada. De este modo, demuestra hasta 6 veces como esta libertad es posible y deseable para el Estado[13].

Qu’il est impossible d’enlever aux hommes la liberté de dire ce qu’ils pensent ;
Que cette liberté peut être reconnue à l’individu sans danger pour le droit et l’autorité du souverain et que l’individu peut la conserver sans danger pour ce droit, s’il n’en tire point licence de changer quoi que ce soit aux droits reconnus dans l’État ou de rien entreprendre contre les lois établies ;
Que l’individu peut posséder cette liberté sans danger pour la paix de l’État et qu’elle n’engendre pas d’inconvénients dont la réduction ne soit aisée ;
Que la jouissance de cette liberté donnée à l’individu est sans danger pour la piété ?
Que les lois établies sur les matières d’ordre spéculatif son du tout inutiles;
Nous avons montré enfin que non seulement cette liberté peut être accordée sans que la paix de l’État, la piété et le droit du souverain soient menacés, mais que, pour leur conservation, elle doit l’être.

Spinoza defiende por lo tanto, que para que la seguridad del Estad pueda ser garantizado, la piedad y la religion tienen que ser comprendida o entendida como un ejercicio de la caridad y de equidad y que también el derecho del monarca de regular todas las cosas sean ellas sagradas o profanas, se limita únicamente en la esfera de acción, esto para poder permitir a cada uno de pensar y hacer lo que le da las ganas desde que lo que piensa no viole con acción los decretos del monarca.
Para Spinoza es el derecho y la orden del monarca o del poder soberano que limitan la potencia natural de los hombres, esto es, aquella capacidad que los hombres tienen de actuar unos sobre otros................../......................../........................../........................../........................../................................/
[1] Traité Thélogico-Politique, XVI, 262.
[2] Traité Thélogico-Politique, XVI, 261.
[3] Traité Thélogico-Politique, XVI, 263.
[4] Traité Thélogico-Politique, XVI, 264.
[5] Traité Thélogico-Politique, XVI, 266.
[6] Traité Thélogico-Polique, XVI, 269.
[7] Ética IV, 35.
[8] Traité Thélogico-Politique, XX, 328.
[9] Traité Thélogico-Politique, XX, 331.
[10] Traité Thélogico-Politique, XX, 331.
[11] Traité Thólogico-Politique, XX, 329.
[12] Traité Thélogico-Politique, XX, 334.
[13] Traité Thélogico-Politique, XX, 335.

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